Ante la adversidad, regresa el pan de hoy al precio de ayer
Luego de que el concepto “Pan a peso” aliviara la difícil situación económica que atravesaba la panadería, el paso del huracán María trajo consigo buscar alternativas para seguir produciendo y continuar vendiendo el pan a un costo accesible reconociendo el estatus de la Isla.
La familia Rivera ha presenciado dos inconvenientes desde su apertura hace cinco años. La primera constó en resultar airosos ante tanta competencia en el mercado y la segunda, mantenerse luego de sufrir los embates de María.
Debido a que no querían dejar sin empleo a su equipo de trabajo y que hubiese pan en la mesa puertorriqueña, idearon un método para que sus clientes pudieran tenerlo al costo de siempre.
Luego de 11 días del paso del huracán, trajeron la iniciativa de la venta de pan al estilo servi-carro, a un dólar y mediante puntos estratégicos a través de kioskos en tres municipios.
Por consiguiente, los boricuas pudieron adquirir los productos en Vega Baja (en el desvío de Morovis), Vega Alta y en el desvío de Corozal. Cabe señalar que muchas panaderías que pudieron reabrir pese a las vicisitudes, tuvieron que aumentar el costo de sus productos por los gastos. Sin embargo, para la familia Rivera, esto no representó una opción a pesar de los aumentos en los costos de la materia prima.
“Esto no se trata de ganar mucho dinero, se trata de llevar un servicio para que no les falte pan”, expresó el dueño del negocio, Josué Rivera Morales.
Mientras Rivera Morales se ocupa de la venta del pan, su padre, Perfecto Rivera Izquierdo, es el encargado de la fábrica que produce el mismo, y que también se llama “Pan a peso”.
Agraciadamente la fábrica no sufrió daños mayores, por lo que pudieron seguir produciendo. Sin embargo, la panadería que llevaba un poco más de un año remodelada, sí tuvo que idear rápidamente un plan de acción.
“A nosotros nos describe la frescura y calidad ya que el pan no tiene preservativos y lo hacemos a diario aunque sea más trabajo”, explicó Rivera Morales.
Sus clientes siempre los visitan por sus precios, pues dentro de su variedad de productos, hay bizcochos y postres a un dólar. Incluso, luego del huracán, agregaron a su menú el “Sándwich María” a un dólar y el “María Deluxe” con café por un poco más.
“El pan es riquísimo. Llegaron cuando más se les necesitaba, cuando era imposible entrar a un supermercado si no era por una fila interminable”, comentó Marilyn Méndez en una publicación en la cuenta de Facebook de la panadería.
La noticia de esta familia salió a la luz cuando capturaron una fotografía de su primo, Irven Ramos Rivera, vendiendo el pan en uno de los puntos de venta y la colgaron en las redes sociales junto a una cita.
Para ellos fue una lección de fe, pues simbolizó una experiencia “para salir hacia adelante” y ayudar a los necesitados en el momento del impacto del fenómeno atmosférico.
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